sábado, 9 de agosto de 2008

Contradicciones

John necesitaba correr. No sabia que estaba haciendo, con que sentido ni como terminarian las cosas. Solo correr. Correr para no pensar y dejar atras todo lo que estaba en su vida. A cada paso que daba olvidaba el anterior sin saber si habria un proximo, pero no importaba. él necesitaba correr.
Habia dado sus primeros pasos y no estaba cansado, estaba dispuesto a seguir adelante y nada lo detendría. Mientras avanzaba olvidaba recordando sus temores ya perdidos y al volverles a la mente sus ojos empañaban la vista, debia seguir corriendo. Sus miedos desaparecian enterrandoses para surgir nuevamente mas adelante. Asustado y decidido se preguntaba si alguien lo veria correr, si recordarian lo que el estaba haciendo, probablemente no (o si). Sabia que estaba lejos de correr como muchos lo hacian, solo queria olvidar, y con esto excusaba sus tropiezos.
Ya no sabia que direccion tomar, queria continuar.

Sin estar agobiado, asi como comenzo, sin mas, ceso. Sin estar cansado, decidio sentarse y esperar, esperar a ver si alguien decidia seguirlo (aunque estaba seguro que no seria asi), alentarlo, o tan solo mirarlo, ancioso con ganas de seguir el camino que no conocia, dejo de correr.
John estuvo sentado largo rato y no vio que nadie viniese con el. Sin embargo sí notó que muchos otros tambien corrian, eran muchos e iban de aca para alla, algunos muy rapido, otros mas despacio, algunos apenas caminaban y otros descansaban o se habian quedado dormido de tanto hacerlo. Y si cuando el corria estaba asutado ahora, cuando veia a los demás, que lo hacian mas velozmente o mas despacio pero con mayor furia, se habia quedado paralizado, y el miedo le recorrio todo el cuerpo, no podia entender a aquellos corredores y su corazon se entristecio. En el mismo estado de no entendimiento siguio mirando a muchos de ellos sin saber porque lo hacia, intentando, quiza, cayar voces que lo atormentaban. Cansado de buscar en los demas respuesta que en el no podia encontrar, bajo la vista y cerro los ojos por un tiempo.
Dos veces miro de redor buscando a corredores que se le uniesen, pero para su sorpersa, o confirmando sus sospechas, no habia nadie. Y aunque sabia que en otro momento habria encontrado a muchos junto a él, ahora se encontraba solo. Pero cuando por tercera vez busco una compañia, encontro la mas hermosa que la vida le habia dado. Y si al principio la sorpresa se expreso con colera, lentamente se fue conviritendo en alegria y serenidad. Y en ese estado, de tranquilidad y felicidad se recosto en el regazo de su compañera sin pensar en la carrera, o en su vida, simplemente a descansar, sólo, por un rato mas...

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