miércoles, 26 de diciembre de 2007

Palabras de un…, de alguien feliz

Antes que nada quisiera agradecerles por estar en este momento tan especial para mí. La verdad es que nunca había imaginado como sería, por eso no sabían que iba a estar tan contento, con esta alegría. Ahora empiezo a hacer memoria por todos los momentos que pasé, que pasamos entre todos en estos cinco años y el sentimiento que tengo no se si tendrá nombre, porque es una mezcla de felicidad, alivio, nostalgia, tristeza y satisfacción.
La alegría que siento es aquella de cuando uno consigue un bien muy preciado y deseado, cuando se alcanza una menta que cuando uno empieza a competir, ni se imagina cuán lejos o cerca puede estar, sólo se sabe que con mucho esmero y suerte, es probable que se alcance, nada más.
La nostalgia la da una sensación de pérdida, el saber que eso que antes estaba ahí en todo momento, ya no va a estar. Y si bien provoca felicidad, uno sabe que no va a estar más ahí, no te vas a sentar más en esos bancos, o al menos no como ahora, porque aunque se siga estudiando, especializándose o en otra carrera, ya no será lo mismo.
Ayer cuando entré en la facu pensé, “esta es la última vez que entro como alumno”, pero recién ahora cuando estoy escribiendo esto me doy cuenta de lo que eso significa.
Como les decía recién, ya no me voy a sentar en los pupitres de la facu, ni voy a sentir esos nervios de antes de los exámenes, ni planificar cuando darlos. Tampoco me voy a desvelar estudiando o preparando un trabajo, o al menos no voy a sufrir más por no hacerlo.
Sé que muchos de se despreocupaban porque sabían que me iba a ir bien, pero sólo uno sabe que no le va a ir bien nada más que por ser el señor X, seguramente acá mi amigo me va a saber entender.

Bueno, pero todo esto que dije antes, no era más que un preámbulo para explicar lo que sentía y no un exceso de soberbia ingenieril, porque lo que más quiero en este momento es darles las gracias a todos y cada uno de ustedes, porque quiero que sepan que si no hubieran hecho todo lo que hicieron por mi, yo no solo no hubiera podido lograrlo, es por eso que les dije gracias, muchas gracias, ¡en serio!

Yo creo que las cosas no se dan solas, sino que son consecuencias de una cadena de hechos anteriores, perfectamente sincronizados, por eso mismo no creo que el título haya sido esfuerzo nada más que de 5 años, sino que habría que remontarse mucho antes, incluso no se bien cuanto, y considerar cada una de las cosas que pasaron entonces. Sino hubiera tenido la enseñanza de auto superación constante, la ayuda de cada uno de ustedes, de algunos más, durante la primaria y la secundaria, sin la paciencia y ayuda de otros en la facultad y otro montón de cosas más, ya les dije que hubiera pasado, o mejor dicho, que no hubiera pasado.

Por eso, y perdonen que sea reiterativo, les agradezco, porque este momento es muy feliz y especial para mi, a cado uno de los que están acá. Y si por alguna circunstancia de la vida en esos momentos no habían estado, les agradezco por ayudar a una de las personas que más confianza y amor me ha dado en la vida, gracias por hacerlo como es.
Pero también me gustaría darles las gracias a aquellas personas que hoy no están, una de ellas compartió muchos momentos de mi infancia y me hizo muy feliz de niño, pero ni siquiera me vio empezar la facultad, la otra, bueno tuve la suerte de poder elegir este día para festejar el título, así por lo menos la siento más cerca mío, esa persona, que tanto confió en mi, y que poco pudo ver de mis logros académicos, me dijo dos cosas que no me puedo olvidar, una vez me dijo que ya era un hombre, y la verdad es que todavía no sé si lo soy, la otra aún no se que significa, me dijo “a vos te van a chupar”, y la verdad sigo tratando de entender que me quiso decir, por eso también le quiero dedicar esto a él y a ella. Muchas gracias.

Como les dije anteriormente en esos 5 años pasaron muchas cosas, una de ellas fue conocer a muchos amigos y compañeros, sin embargo hay otros que estuvieron ahí incluso antes de saber qué iba a estudiar, si iba a estudiar algo o si iba a terminar sexto grado, a mis amigos, también gracias, sin ellos tampoco hubiera sido posible.

No voy a nombrar a nadie más, aunque si lo piensan bien tampoco lo hice hasta ahora. Pero lo que quiero que sepan es que mi gratitud para ustedes es infinita y no podría despedirme sin decir algo nerd que haya aprendido en la facu. Les decía que mi gratitud es infinita y para cada uno de ustedes es igual, aunque algunos piensen que es mayor para otros, no es así. Bueno, lo interesante del infinito es que su uno lo divide a la mitad sigue teniendo 2 mitades infinitas, y sin embargo cada una de ellas es igual al infinito “inicial”, aunque no me crean es así. Lo mismo pasaría si se lo dividiera en veinte o treinta o en la cantidad de personas que somos acá, cada pedacito seguiría siendo tan grande como el pedazo inicial. Ese infinito es mi gratitud para con ustedes, es enorme, cada uno tiene lo mismo y sin embargo es como si todos la tuvieran a toda ella.

Por último quisiera despedirme reflexionando sobre algo:
Cuando uno le pregunta a un niño qué quiere ser de grande, espera muy ansioso que responda una profesión, y cuánto más difícil y tortuosa pueda más feliz uno se pone. También podría esperar que diga que va a ser el diez de la selección o una supermodelo, según el caso del niño y de la familia, y el resultado sería el mismo.
Sin embargo el niño podría decir que quiere ser un granjero, una caja de zapatillas o una empanada, después de todo es un nene y puede ser tan incoherente como el quiera, para eso es un chico, incluso si respondiera una profesión serian tan incoherente como si dijera que quisiera ser una carpa, porque la incoherencia está en el adulto en preguntarle que quiere ser el resto de su vida a una persona que aún no sabe atarse los cordones.
Haciendo memoria creo que una de las cosas que quería era ser piloto de avión o un científico loco con guardapolvos blanco al mejor estilo doc de volver al futuro, aunque no tuviera idea que hacía esa persona. Sin embargo hoy soy ingeniero y eso no cambia en nada, porque eso es lo que quise hacer cuando empecé a tener más noción de lo que uno debe hacer. Tampoco cambia nada en mi, desde hoy a antes de ayer, o a hasta hace diez años.
Fíjense que digo hacer y no ser, porque uno nunca va a cambiar lo que es, mucho menos con un título o con lo que se dedique. Por eso pienso que cuando uno le pregunta a un niño qué quiere ser, la respuesta que más debemos desear es “yo quiero ser feliz” y nada más.

Hoy gracias a ustedes yo soy feliz. ¡Muchas gracias por ayudarme a ser feliz!

Guillermo Gonzalo Paez.-

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